ESTUDIO DE CASO

AYUDANDO A RESTAURAR LA ESTABILIDAD
EN TAILANDIA

Esta última década en Tailandia es una historia de conflictos y guerra entre facciones políticas, incluyendo la del “Estado de Excepción del Octubre Rojo” entre grupos de derecha e izquierda.

Habiendo observado el efecto tranquilizador de El Camino a la Felicidad, los miembros del equipo tailandés de El Camino a la Felicidad decidieron apaciguar las hostilidades entre los partidos políticos.

Comenzaron en Bangkok, repartiendo miles de folletos de El Camino a la Felicidad en una reunión nocturna del grupo de izquierdas en los terrenos del desfile del Gran Palacio y en las reuniones de los grupos de derechas en otros lugares. Al final de la primera hora, los manifestantes se estaban parando a leer los preceptos. Cuando llegó a las manos de los líderes del partido, El Camino a la Felicidad se volvió el único punto de acuerdo entre los dos grupos opuestos.

MÁS DE
13
MILLONES
RECIBIERON
el mensaje de
—el—
CAMINO
A LA FELICIDAD
EN TAILANDIA

El equipo de El Camino a la Felicidad también distribuyó el folleto a la población civil de Bangkok: en el mercado de verduras de Khlong Toei donde la gente trabajadora de Tailandia se ha congregado durante generaciones, en el metro de Bangkok, a los conductores de taxi que tienen sus paradas a lo largo del Rio Chao Phraya y a los budistas en el monasterio de Wat Tham Mangkon Thong.

Redoblaron sus esfuerzos con la presentación de El Camino a la Felicidad en las escuelas, comprometiendo a miles de estudiantes en la instrucción interactiva sobre los preceptos.

Después de ser presentado al programa el oficial más importante de la policía real tailandesa de Bangkok ordenó la inmediata distribución de El Camino a la Felicidad a toda su fuerza policial.

El equipo también impartió seminarios a 600 policías metropolitanos y a una unidad especial del ejército del rey responsable por la preservación de la constitución tailandesa. El entrenamiento de El Camino a la Felicidad luego se extendió a todas las ramas militares: el centro de comunicación en el puesto de mando estratégico del ejército, los equipos de helicópteros Halcón Negro de la fuerza aérea real tailandesa, la marcha ceremonial de las tropas tailandesas reales, el cuerpo destacado real y la guardia del rey.

En total, 10 000 personas que asistieron a las conferencias de El Camino a la Felicidad, 150 000 recibieron folletos y cientos de miles de espectadores vieron el mensaje de El Camino a la Felicidad en televisión. En tan solo un año, el mensaje de El Camino a la Felicidad alcanzó a 13 millones de ciudadanos en Tailandia.

Y con el folleto en las manos de 22 000 soldados, un oficial del ejército real tailandés proclamó: “hoy en día hay esperanza para nuestro futuro, gracias a El Camino a la Felicidad”.