RESTAURANDO LA INTEGRIDAD
EL CAMINO A LA FELICIDAD
Sorprendentemente dos tercios de los gobiernos del mundo están plagados de una grave corrupción. Casi una cuarta parte de los líderes que están surgiendo hoy en día están convencidos de que tienen que comportarse de forma no ética para salir adelante.
Para revertir este declive y restaurar los valores y la moral esenciales, L. Ronald Hubbard escribió El Camino a la Felicidad: Una Guía de Sentido Común para Vivir Mejor. Totalmente no religiosos, sus 21 preceptos pueden ser utilizados por cualquier persona sin importar raza, cultura o religión para fomentar la bondad, la honestidad y las habilidades básicas del vivir.
El Camino a la Felicidad, publicado ahora en 112 idiomas, ha llevado la calma a las comunidades desgarradas por la violencia, la paz a las zonas devastadas por la guerra civil y el autorespeto a millones de personas en colegios, cárceles, iglesias, centros juveniles y comunitarios.
Para elevar a todos los sectores de la sociedad, la sede de la organización no lucrativa, secular de El Camino a la Felicidad Internacional en Glendale, California, se estableció como centro de coordinación para las actividades de todo el mundo. A través del apoyo de las Iglesias de Scientology y los scientologists, El Camino a la Felicidad y sus materiales y programas educativos se utilizan ahora en todos los rincones del mundo, ayudando a inculcar un mayor nivel de honestidad, confianza y autorespeto a lo largo de todas las culturas.
LLEVANDO PAZ A UNA REGIÓN EN CRISIS
COLOMBIA Y MÁS ALLÁ
Décadas de narcoterrorismo y guerras de drogas convirtieron a Colombia en uno de los países más violentos del mundo, sacudido por secuestros y asesinatos.
Buscando una solución, la Policía Nacional de Colombia puso en marcha un programa de El Camino a la Felicidad, dirigiendo una entrega masiva cuando las protestas callejeras amenazaban con estallar en disturbios. Los funcionarios también hicieron arreglos para que los anuncios de servicio público que representan los preceptos de El Camino a la Felicidad se transmitieran por la televisión de Bogotá.
Como resultado no hubo violencia.
El coronel de la Policía Nacional coordinando el esfuerzo siguiente se centró en Cartagena, donde el creciente crimen ponía en peligro el turismo. Un seminario de El Camino a la Felicidad para 140 agentes de la policía de Cartagena fue seguido por la distribución de folletos por toda la ciudad. Coincidiendo con la fecha de un programa intensivo de tres años usando El Camino a la Felicidad, el crimen en Cartagena se había reducido en un 27 por cien y fue declarada la ciudad más segura de Colombia.
A medida que el programa se expandía a nivel nacional, el índice de criminalidad en otras ciudades se desplomaba, en gran medida gracias a más de 10.000 agentes de policía, entrenados en el programa de El Camino a la Felicidad, que entregaron seminarios a 3 millones de ciudadanos y distribuyeron ejemplares del folleto a un 20 por cien de la población.
A partir de entonces, las naciones vecinas desesperadas por encontrar soluciones a las drogas y el crimen también adoptaron El Camino a la Felicidad. La Primera Dama de Guatemala solicitó 3 millones de ejemplares del folleto y los distribuyó a través de la policía, los alcaldes y las escuelas nacionales. Esta distribución del folleto fue seguida de una caída significativa de la delincuencia. En Perú, un general retirado de la Policía Nacional presentó El Camino a la Felicidad a la Asociación Internacional de Policía y después a la red de la policía peruana, donde se convirtió en el entrenamiento oficial de la policía. En 2014, la Policía Militar de São Paulo comenzó el entrenamiento en El Camino a la Felicidad, junto a la distribución de miles de folletos.
“La esperanza ha llegado con El Camino a la Felicidad. A partir de sus 21 preceptos y su aplicación, se puede invertir la corriente para que de nuevo podamos disfrutar de las virtudes de la vida de justicia, lealtad, honestidad, bondad, perdón, autocontrol, dignidad, respeto y amor, por nombrar unos pocos. En nombre del gobierno y pueblo de Dominica, deseo darles las gracias por esta iniciativa y por sus esfuerzos para hacer de este programa un éxito”. — Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Dominica
“El Camino a la Felicidad no compromete las creencias religiosas existentes de una persona ni su estatus social. En cierto sentido, es penetrante. Ya sea a un musulmán o a un hindú, o incluso a un no creyente, les puede dar un mensaje muy contundente que es relevante a sus propias circunstancias”. — Primer Ministro (Retirado), República de Guyana
“Quiero expresar mi sincero agradecimiento por los seminarios que se entregaron a los agentes de policía sobre los preceptos de El Camino a la Felicidad. Estos seminarios nos han dado una buena lección y una comprensión de la importancia de ser un agente de policía, lo que significa dar buen ejemplo a la comunidad y la sociedad”. — Comandante de la Policía Metropolitana, Bogotá, Colombia
MENSAJE A NIVEL MUNDIAL
DIFUNDIENDO EL CAMINO A LA FELICIDAD
Individuos, escuelas, departamentos de policía, gobiernos, empresas, profesionales en su práctica, cualquier persona puede pedir su propia edición personalizada de El Camino a la Felicidad para compartir con la familia, amigos, clientes e incluso con desconocidos.
La diversidad de las cubiertas especiales refleja el poder y la popularidad de El Camino a la Felicidad. En todos los rincones del mundo, las personas han oído hablar del folleto, lo leen, lo comparten con los compañeros de trabajo, directores, jefes de policía, alcaldes, miembros del Congreso y el Parlamento.
El folleto, el libro en película y los anuncios de servicio público se presentan, a la vez, en general a través de grupos privados y gubernamentales, elevando la moral, la integridad y la confianza en toda la comunidad, país o nación.